domingo, 15 de febrero de 2009

el gobierno juega a DIVIDIR

intentando aislar a Buzzi

El Gobierno y la dirigencia rural se encaminan hacia la reunión conjunta que se hará esta semana con una sola certeza: volverán a chocar por las retenciones a las exportaciones de granos. Ayer, el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, dijo que “en el tema retenciones debe haber algún tipo de avance para poder continuar el diálogo” con la Casa Rosada. Pero los Kirchner no están dispuestos a ceder en este tema. “Las retenciones no se van a tocar. Si se suspenden, el fisco dejaría de recibir 15.700 millones de pesos. Imposible”, aseguró a Crítica de la Argentina el ministro del Interior, Florencio Randazzo.Igual que durante la guerra gaucha del año pasado, Néstor Kirchner no dejará que los ruralistas impongan las condiciones para la negociación, según ratificaron fuentes de su entorno. Buzzi, por ejemplo, pidió ayer que “no mande para entorpecer a Guillermo Moreno como en el proceso anterior”. Pero el santacruceño ya encargó a su funcionario preferido que prepare medidas para el sector agrario, sobre todo para beneficiar a los ganaderos y a los lecheros. Esas acciones están siendo estudiadas, además, por el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi; por la ministra de Producción, Débora Giorgi, y por el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. Moreno también es el encargado de repartir millones en subsidios para los afectados por la sequía.A pesar de que desde ambos lados se expresaron a favor del diálogo, la Casa Rosada no fijó todavía fecha ni hora para la reunión con el campo. El matrimonio presidencial decide en la intimidad de su residencia de El Calafate los detalles de ese acercamiento, según contaron a este diario dos ministros y un secretario de Estado. Las máximas autoridades del Gobierno no decidieron tampoco si será la propia presidenta Cristina Kirchner la que recibirá a la Mesa de Enlace, o si el encuentro será encabezado por algunos de sus funcionarios de alto rango. “No vamos a acceder a una reunión si antes ellos no dejan de hacer pedidos en el aire. Si no, esto va a ser de vuelta un quilombo”, se sinceró un ministro. La oposición, mientras tanto, también envió un gesto conciliador: suspendió una audiencia pública en el Senado que había organizado con la Mesa de Enlace para mitad de semana.Más allá de las confrontaciones mediáticas, en el Gobierno están confiados con que la Mesa de Enlace puede dejar de lado su reclamo por las retenciones para acceder a dialogar con el Gobierno. La estrategia K es impulsar la división de la dirigencia agraria, alimentando las diferencias entre las distintas organizaciones que la integran, sobre todo la que ya existe entre CRA y FAA. La idea de los Kirchner es usar las posibles nuevas medidas para el sector con el fin de diluir las críticas de las agrupaciones de la Mesa de Enlace: “Las diferentes organizaciones rurales van demostrando a qué intereses representan. Eso nos sirve: vamos a acercarnos a lo que nos pide cada una, enfocando en el tema ganadero y lechero”, explicó un ministro, enfocado en el plan de la división.Varios funcionarios ya iniciaron diálogos informales con los ruralistas: el jefe de Gabinete, Sergio Massa, habla con la dirigencia de CRA; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con la Sociedad Rural, y Cheppi con Coninagro y con dirigentes de segundas líneas de la Federación Agraria. El Gobierno está convencido de que la mayoría de esas agrupaciones busca el acercamiento con la Casa Rosada, salvo el titular de la Federación Agraria, Buzzi, a quien acusan de ser directamente un “cuadro” de la oposición peronista.