LOS GORILAS Y LA HISTERIA K
Alfredo Leuco
A veces parece que la decisión de Néstor como mariscal de la derrota en la 125 sigue siendo huir hacia delante.
Ahora es mas evidente porque la parábola del gobierno es descendente rumbo a las elecciones parlamentarias de octubre. Todos los días alguien pega un portazo hacia la derecha o la izquierda y los Kirchner quedan cada vez mas aislados. Si hace unos días tomaron distancia Miguel Bonasso o Jorge Ceballos, quienes conformaban claramente el ala izquierda del populismo conservador kirchnerista, en estas horas les tocó el turno a dos ex gobernadores de los distritos mas grandes que tienen mucha intención de voto y la bendición de las clases medias rurales como Felipe Solá y Carlos Reutemann. Ambos, aun en su moderación, desnudaron el maltrato al que fueron sometidos mientras tuvieron los pies adentro del plato patagónico. Lole, que no exagera y que se caracteriza por su parquedad, denunció en estos días que le querían comer la yugular y que cuando lo “recontra escracharon y me tuve que escapar por una ventana del ministerio, nadie me mandó ni una carta”.
Fue tan grande la paliza que le dio el campo al caprichoso autismo de Néstor Kirchner que todavía siguen pagando costos político por eso. Si hasta Alberto Fernández o Graciela Ocaña que mantienen su fe kirchnerista y reinvindican a Néstor como el mejor presidente desde 1983 se arriesgan a ser confinados en la Siberia por el poder central porque confiesan su preocupación por el éxodo de dirigentes, reclaman diálogo, autocrítica y que Cobos no renuncie porque es un buen tipo que se equivocó.
Está de moda acusar de gorilas a los que señalan con firmeza los errores no forzados de los Kirchner que siguen construyendo opositores con su falta de generosidad y amplitud. ¿Se puede decir que Bonasso, Solá, Reutemann o Alberto son antiperonistas? Es un argumento que se cae por su propio peso. Hay como una histeria política en el gobierno. Una especie de jueguito perverso de suma cero que dice te quiero pero no. Te invito pero te descalifico. Hablo por izquierda y actúo por derecha. La histeria de angustia, que es un término introducido por Sigmund Freud, hoy se conoce como fobia. Ante una situación extrema se tiende a negar todo tipo de conflictos o buscar placer en situaciones peligrosas. La histeria de los Kirchner los lleva muchas veces a jugar al límite de la irresponsabilidad institucional. Tienen la obsesión de “poner de rodillas” a quienes se atrevieron a decirle no a su autoritarismo prepotente.