domingo, 22 de marzo de 2009

PesKado podridoK

Los Kirchner denuncian complots destituyentes que no existen


La campaña electoral que traman los Kirchner es evidente: ubicarse en el rol de víctimas, y presentar a todos sus críticos como agresores no solamente de ellos y del Frente para la Victoria, sino de la democracia, de la república y de la libertad. Un par de notas que publica el paraestatal Página/12, que dificilmente continuará en el poskirchnerismo, expone la situación (el 'pescado podrido' de Sebastián Abrevaya es antológico).
22/03/2009


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Lo que era un rumor, ahora es una confirmación: los Kirchner pretenden victimizarse durante la campaña electoral, intentando así recuperar parte de su caudal electoral de 2005 y 2007.
En la jerga periodística se llama pescado podrido a una noticia falsa, más allá de si el periodista actúa de mala fe o sea la publica conociendo su falsedad pero intentando que el lector la considere verídica; o si el periodista fue engañado por una fuente; o si el periodista, su fuente y su lector han sido engañados por alguien más. En cualquier caso es pescado podrido.
El discurso de campaña de los Kirchner, que apunta a tensar la sociedad, lo expuso el piquetero oficialista Emilio Pérsico, líder del clientelar Movimiento Evita: si los Kirchner pierden, se van, desencadenando una crisis institucional.
Frente a semejante especulación, los críticos de los Kirchner deben cuidar el discurso: las críticas deberán ser precisas, y en lo posible acompañadas de propuestas.
La crítica frontal sin fundamento adecuado favorecerá a los Kirchner, quienes desean denunciar que son víctimas de una campaña sucia, antidemocrática, destituyente, antirepublicana.
El diario Página/12 presenta el plan de ataque kirchnerista en 2 notas:
Horacio Verbitsky, en su nota El plebiscito (que cita a su amigo, el a menudo inconsistente profesor de la Flacso, Eduardo Basualdo, amigo de Daniel Filmus), afirma:"La idea de que las elecciones legislativas de mitad de periodo son un plebiscito sobre la gestión presidencial, que condiciona el resto de su mandato, es la Constitución no escrita que coexiste con el texto formal. La idea de truncar el mandato de CFK por medio del vacío de poder y la ingobernabilidad fue enunciada por el ex senador Eduardo Duhalde, el experto que concibió la doctrina del empujón cuando se iniciaba la agonía del menemismo y la probó en 2001 para encaramarse en el sillón presidencial. Este desfasaje entre los libros y la vida lo padecieron Raúl Alfonsín a partir de 1987, Carlos Menem luego de su derrota de 1997 y Fernando de la Rúa en 2001.
En cada una de esas situaciones coyunturales, en las que las distintas fuerzas políticas pugnan por consolidar o demoler un bloque social de poder, intervino el estadista de Lomas de Zamora. Ni aun así debería perderse de vista su carácter sistémico, no atribuible con exclusividad a un gobierno, un partido o un hombre, y que deriva de la extraña combinación entre presidencialismo y representación proporcional.
En noviembre, Eduardo Buzzi dijo que el objetivo de la Mesa de Enlace de las patronales agropecuarias era desgastar al gobierno. Hace diez días, en el discurso de Leones, ese mismo maestro del doble lenguaje pretendió que “no somos destituyentes” y que “nadie apuesta a un helicóptero”. Ni se ruborizó al mencionar ante esa audiencia el Cordobazo que precipitó el fin de la dictadura de Juan Carlos Onganía. El 15 de febrero, el hijo natural del senador Gerardo Morales y del diputado Felipe Solá, escribió un artículo titulado 'Acuerdos para gobernar cuando Kirchner no esté'. El tambero Hugo Biolcati musitó en privado “les ganamos en octubre y no terminan”, y Elisa Carrió vaticina una muy próxima elección presidencial. La polarización es inevitable y el gobierno también lo sabe, no como De la Rúa, quien dos meses antes de renunciar sostuvo que las elecciones de renovación legislativa de 2001 le resbalaban porque no había sido candidato. (...)
Un trabajo inédito del economista Eduardo Basualdo, que toma como referencia la conformación de nuevos bloques sociales descripta por Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel, contribuye a entender qué se pone en juego en los próximos comicios.
Destaca el carácter estructural de los cambios introducidos a partir de 1976 en la producción y en las diferentes fracciones sociales del agro pampeano y su vinculación con el patrón de acumulación de capital basado en la valorización financiera. Al agotarse ese ciclo, se inició en 2002 una etapa de transición. Las distintas fracciones sociales pugnan por definir un nuevo patrón de acumulación.
El agro pampeano quiere terciar en la disputa por la distribución del ingreso y “ocupar el centro de la escena política y económica” para que “tanto el Estado como los asalariados y la producción industrial operen en función de sus propios requerimientos de expansión”.
El incremento de la riqueza de los grandes terratenientes pampeanos; el reagrupamiento alrededor de la producción agropecuaria y agroindustrial de las dos fracciones de la oligarquía (una eminentemente agropecuaria y otra diversificada hacia la industria y las finanzas) y la emergencia de una fracción de pequeños y medianos propietarios rurales que obtienen alta rentabilidad arrendando las tierras de otros pequeños y medianos convertidos en rentistas, son síntomas de la aparición de un bloque agrario, que se aproxima al momento político narrado por Gramsci, cuando se alcanza la conciencia de que los propios intereses “superan el círculo corporativo, de grupo meramente económico, y pueden y deben convertirse en intereses de otros grupos subordinados”.
En la pugna ideológica, intenta “instalar en el sentido común que el agro y la agroindustria son el sustento material de la Nación en tanto, supuestamente, es el portador del cambio tecnológico, de la creación de riqueza y, en consecuencia, de la transformación social del conjunto de los sectores”.
En un año electoral se articula con las diferentes vertientes de la oposición, como “sustento de una supuesta renovación política”, cuyo objetivo para asegurar la hegemonía es “el control del Estado”, ahora mediante una disputa democrática y no a través de un golpe de estado.
Basualdo incluye en el análisis la extranjerización de la industria local a partir de 1995, principalmente por la venta de una parte significativa de las empresas industriales de la fracción diversificada de la oligarquía, que fugó esos recursos para inversiones financieras en el exterior. Esa fracción no intenta disputarle al capital extranjero su predominio en la producción industrial, sino recuperar sus posiciones en la economía real “a través de la expansión de la producción agropecuaria”. En su disputa por la hegemonía, recurre a “líneas de acción similares a las que han adoptado otros bloques antipopulares en diversos países latinoamericanos”. (...)
CFK trata de recuperar la iniciativa política y dar un contenido nítido a la confrontación, no sólo en términos económicos. (...)
La decisión más significativa es la propuesta para debatir en una docena de foros regionales el tan demorado proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual. La presentación del texto comienza por explicar cómo cumplirá con los 21 puntos de la Iniciativa Ciudadana para una Radiodifusión Democrática elaborados por una amplia coalición de organizaciones, como la CGT, la CTA, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el Serpaj, el CELS, las Universidades Nacionales de Buenos Aires, Córdoba y La Plata, las entidades que agrupan a radios comunitarias y universitarias, sindicatos de todo el país de trabajadores de prensa, educación y televisión, centrales de cooperativas, canillitas y actores. (...)".
Sebastian Abrevaya en una nota con muy mala información (obviamente que es a propósito y no una casualidad) sobre Julio Cobos. No importa que el inseguro Cobos haya denunciado como "irresponsable" la "apreciación" del piquetero Pérsico sobre una posible salida anticipada del Gobierno si no triunfa en las próximas elecciones. "Todos deben colaborar para sacar adelante el país en un momento complicado", dijo Cobos. Pérsico relativizó sus declaraciones: dijo que se expresó "mal", que no quiso decir lo que dijo, y pidió la renuncia del vicepresidente):
“¿Viste cómo es Julio?... es ingeniero.” Con esa frase los hombres cercanos al vicepresidente Julio Cobos explican por qué el mendocino ya tiene pensado “un boceto” de gobierno, en caso de necesitarlo. El tema salió a la luz con los últimos dichos del piquetero kirchnerista Emilio Pérsico, pero el plan de emergencia estaba armado incluso antes de que Cristina Fernández anunciara el adelantamiento de las elecciones. “Por las dudas”, aseguraban por entonces en su entorno. (...).
(...) Aunque descartan que las palabras de Pérsico puedan a convertirse en realidad, es cierto que existe un equipo de trabajo y una serie de medidas a poner en marcha ante una eventual salida del kirchnerismo.
(...) “Claramente hay que hablar con los gobernadores de todo el país. Nos parece que tiene que haber un esquema de Concertación y de diálogo con todos los actores, incluso hombres del Gobierno que son muy importantes”, afirmó a Página/12 una fuente cobista de primera línea.
Para acompañar esas conversaciones, consideran fundamental “contener” al peronismo para lograr cierta estabilidad. En ese marco, el vice tiene en la mira a dos de los principales exponentes del PJ disidente: el ex gobernador bonaerense Felipe Solá y el senador Carlos Reutemann, a quien conoce del Senado.
Por ahora, Cobos se asegura un puente tendido con Solá a través del diputado Enrique Thomas, que preside el bloque del ex gobernador bonaerense y a quien le guardan el tercer lugar en la lista de diputados apadrinada por el vicepresidente en Mendoza. Además, el bonaerense y el mendocino mantuvieron varios encuentros “a solas” desde el fracaso de la Resolución 125. El último, esta misma semana.
(...) La idea de que el gobierno de Cristina Fernández podría terminar antes de tiempo también fue alimentada por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, cuando la semana pasada sostuvo que el kirchnerismo “parece que quiere retener el poder pero, en realidad, se está yendo”. (...)
Con el tema instalado en la agenda pública, los nombres que rodean al vicepresidente se transforman en números puestos de un eventual gabinete, liderado por Meoni. Se trata de uno de los hombres de mayor confianza del titular del Senado y tiene a su cargo la difícil tarea de construir alianzas en Buenos Aires.
El presidente del bloque de diputados de Consenso Federal, Daniel Katz, ocuparía la cartera de Interior. Desde la ruptura con el kirchnerismo, el ex intendente de Mar del Plata es el encargado de “armar” políticamente para Cobos en todo el país. De origen radical, Katz llevó a la Presidencia del Senado a los dirigentes Leopoldo Moreau y Federico Storani, en un encuentro que causó malestar en algunos hombres del cobismo “puro”.
El Ministerio de Relaciones Internacionales quedaría a cargo de Dante Caputo. El vice entabló muy buenas relaciones con el ex canciller de Raúl Alfonsín, al punto que el actual secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) consideró abandonar su cargo para presentarse como candidato del ConFe a diputado en la Capital Federal. Aunque finalmente su respuesta fue negativa, lo cual no dejó bien parado al vice, su relación sigue siendo buena.
La diputada Laura Montero estaría al frente de la cartera de Economía, tal como lo hizo durante la gobernación del vice en Mendoza. Sin embargo, por ahora acompaña en la boleta de senadores al titular del bloque radical, Ernesto Sanz. Montero asesora al vice a la hora de opinar en todos los temas económicos y fue una de las redactoras del proyecto que propuso durante el conflicto con el agro para bajar gradualmente las retenciones.
De perfil mucho más bajo, el periodista y dirigente radical Luis Domeniani sería el reemplazante de Héctor Icazuriaga en la Secretaría de Inteligencia. Sin duda, habrá un lugar de privilegio para dos mendocinos claves en la estructura del vicepresidente. El primero es el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, considerado “el monje negro” de Cobos. En él se deposita buena parte de las acciones que el vice viene llevando a cabo desde el voto “no positivo”. El otro es el ex vicegobernador de Mendoza, Juan Carlos Jaliff. Después de que el kirchnerismo lo desplazara del Instituto de Vitivinicultura, Jaliff se puso al frente del ConFe local y ahora suena como primer candidato a diputado."