Cristina va al Congreso.......
Cobos, el campo y el derrumbe del FpV..... son los temas importantes
Cristina de Kirchner abrirá por 2da. vez el período ordinario de sesiones del Poder Legislativo.
Cobos, el campo y el derrumbe del FpV..... son los temas importantes
Cristina de Kirchner abrirá por 2da. vez el período ordinario de sesiones del Poder Legislativo.
Durante el período transcurrido desde el 01/03/2008 al 01/03/2009, la
Presidente ha sufrido una erosión notable.
Todos quieren saber cómo abordará ella el temario vinculado a ese desgaste.
POR FRANCISCO DEL CASTILLO
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cuando Cristina de Kirchner inauguró el período ordinario de sesiones del Congreso de la Nación, el 01/03/2008,
> muchos argentinos todavía no sabían que ella delegaría todas las decisiones importantes en el ex Presidente, su marido, un extraordinario esfuerzo destituyente, incomprensible suicidio político;
> muchos argentinos ignoraban que ella era capaz de tanto odio contra otros argentinos que, además, en su mayoría la habían votado en octubre de 2007 (los productores agropecuarios);
> muchos argentinos desconocían que ella era tan rígida en su comprensión de las cuestiones de Estado, tal como se reveló durante el conflicto agropecuario que lleva 1 año sin resolverse sino todo lo contrario;
> muchos argentinos desconocían que el binomio con Julio Cobos que ellos habían sufragado, era una farsa y que ella estaba dispuesta a faltarle el respeto a la institución vicepresidencial con tal de explicitar su enojo porque Cobos no coincide con ella cuando la Presidente se equivoca;
> muchos argentinos desconocían que 1 año más tarde las fuerzas legislativas del Frente para la Victoria lucirían tan erosionadas, fragmentadas, sufriendo un éxodo casi permanente;
> la mayoría de los argentinos prefería negar que había problemas muy profundos en la política económica argentina que limarían la política fiscal restringiendo los recursos destinados al gasto público;
> casi nadie imaginaba que se aproximaba un vendaval que azotaría la economía global, profundizando la crisis argentina incipiente:
sin duda que ese es el temario que debería abordar Cristina de Kirchner al presentarse ante el Senado.
Pero, tal como resulta evidente desde hace 1 año, el temario de la Presidente no coincide con las expectativas de más y más ciudadanos, al punto que su imagen positiva es escasa y vaya si no es un problema semejante estabilidad en problemas.
De todo el temario, el punto que quedará en evidencia antes que el resto será el de Cobos, porque él debe recibirla cuando ella arribe al edificio del Congreso.
Pero el que más expectativas provoca es el del campo, porque miles de familias argentinas dependen de la producción agropecuaria, azotada por la sequía, por las malas políticas sectoriales y por la coyuntura global.
Al respecto, algunos recortes:
Editorial del diario El Litoral, de Santa Fe de la Veracruz:
"(...) No recauda más quien más presión fiscal ejerce sobre los sectores que generan riqueza.
Esa torpeza histórica tiene advertencias teóricas de larga data en todos los manuales de economía, cualesquiera sean las tendencias ideológicas que recorran.
Genera más trabajo y más recursos fiscales quien promueve el desarrollo productivo. Los márgenes de pobreza se achican y las necesidades asistenciales obtienen más financiamiento; pero es el trabajo lo que da la dignidad a las personas, satisfacción a la sociedad y éxito a sus gobernantes.
En la Argentina del kirchnerismo se estigmatiza la riqueza en punto a una oligarquía que ya no existe en su versión tradicional.
Las virtudes de un modelo que se orienta a la producción nacional se extinguen en un incomprensible empecinamiento fiscalista y en la propaganda negativa que pretende hacer justicia social pero que no logra más que alguna oportunidad ocasional, si se la mira en términos electorales.
La crisis internacional es real, la oportunidad de vivir con lo nuestro y desarrollar una industria y un empresariado nacional es deseable. Pero la pretensión de hacerlo fuera del mundo es absurda y el fin no justifica los medios, sobre todo si esa nueva burguesía no es más que una reedición degradada del nepotismo que originó –justamente - a la oligarquía en la historia argentina.
El problema, entonces, no es el campo, sino la política.
Los prejuicios ideológicos retardan la adolescencia en la evolución del país.
Es la falta de políticas razonables en el plano productivo y comercial, lo que promueve los fracasos."
En La Voz del Interior, de la ciudad de Córdoba:
"(...) Mientras para el Gobierno los problemas de rentabilidad del campo se deben a la crisis internacional, reflejada en una caída de los precios de las commodities, y a la sequía, para los productores son la consecuencia de la política intervencionista, que en el caso de la carne ya va a cumplir 3 años. La omisión de esta situación hace que la política de subsidios y de compensaciones siga siendo la principal herramienta que tiene la actual administración para solucionar los problemas del sector.
(...) El productor necesita vender el novillo a $3,80 el kilo vivo y no cobrar $2,70 como ocurre en la actualidad, por el imperio de los precios sugeridos. A eso hay que sumarle el atraso en los pagos de las compensaciones. En el caso de los feedlots, de los 600 establecimientos registrados en todo el país, sólo 60 cobraron hasta el mes de noviembre. El atraso ya cumple 3 meses y al ganadero se le hace difícil confiar en el Gobierno.
Más allá de su operatividad, muchas de las medidas tendrán efectos, con suerte, a mediano plazo. Como es el caso de los incentivos fiscales para hacer novillos pesado. "El productor que decide hacer un novillo de más de 400 kilos, recién lo va a tener listo el año que viene", aseguran los ganaderos. (...)
El subsidio de $0,10 por litro de leche para los tamberos también tiene un dejo de discrecionalidad. Sólo podrán acceder aquellos que producen menos de 3.000 litros diarios. Deja afuera a los establecimientos que, a pesar de la sequía y de los mayores costos en la alimentación, lograron mantener en los últimos meses la producción por encima de ese umbral.
La baja en las retenciones a los lácteos es una buena señal, pero en la medida en que la Oncca y la Secretaría de Comercio Interior agilicen los permisos de exportación. Por lo pronto, el Gobierno ya condicionó la medida. La reducción en el impuesto "será en la medida de que se asegure el abastecimiento interno y las usinas acuerden el pago correspondiente a los tamberos", indicaron los funcionarios.
(...) Una rebaja en las retenciones a la carne sería bien vista en el complejo cárnico. Ayudaría a mejorar los números de los frigoríficos, en un momento en que las ventas al exterior no son un buen negocio por el precio alcanzado por el (escaso) novillo pesado. (...)".
Héctor Huergo en el diario Clarín:
"(...) En el ínterin, la Comisión de Enlace se regodeó en el Congreso, en un estruendoso encuentro con la oposición. El Gobierno lo vivió como una provocación. Los popes del agro, que saben que hay que evitar la confrontación porque ese es el desenlace que quieren anticipar los Kirchner, cayeron en el pecado de la gula. (...) Habrá que aceptar que la dirigencia está tremendamente presionada por los "autoconvocados", ya listos para los cortes de ruta.
Y el Gobierno, que parece cada día más un ajedrecista que sólo mira la jugada próxima, le respondió con el rumor estatista. La movida tiene un objetivo a dos puntas: reforzar el mensaje acerca de que los chacareros están acaparando 9 millones de toneladas de soja, y lograr una estampida que los lleve a vender. El Gobierno desnudó así su urgencia de divisas. La repetición del mensaje de "acaparamiento" por Randazzo y Giorgi reforzó esta sensación.
Esto puede constituirse en un nuevo bumerán. Pronto se verá que no existen las 9 millones de toneladas. A lo sumo, queda la mitad. Un error de cálculo del principal productor de la economía argentina no va a dejar bien parado al Gobierno. Pero lo más importante es que la que efectivamente permanece en manos de los productores, ahí va a quedar mientras no se aclare el panorama. Es apenas un poco más de lo que había a esta altura del año pasado. Además, a estos precios nadie vende. Y ya llega la cosecha, que será pobre y obligará a un manejo muy cuidadoso por parte de los productores, que actúan como si fuera la última reserva (de hecho, lo es). Van a hacer lo que hacen siempre: guardar todo e ir vendiendo lo que hace falta para saldar las urgencias. La soja es la moneda del campo."
En el diario La Nación:
"Unos 70 millones de toneladas de cosecha, 55 millones de cabezas vacunas y más de US$20.000 millones de exportaciones. Estos son algunos de los productos del complejo agroindustrial que forman parte del botín en juego en las negociaciones entre el Gobierno y el agro para ver quién se queda con la mejor parte de la renta de la producción.
El tono de la disputa ha llegado a tal punto que, en las últimas horas creció el rumor de las intenciones del Gobierno de nacionalizar el comercio de granos y otros productos, reeditando las experiencias de la Junta Nacional de Granos y Carne de los años 30 o el Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI) de 1946.
El nudo central de la discusión que las partes vienen arrastrando desde 2004 es la recaudación por retenciones a la soja, que en la campaña que está finalizando generarán US$4.989 millones, el 87% de las exportaciones del complejo granario argentino.
"Sería fantástico bajar los impuestos, pero todos sabemos que estas cosas no pueden ser, porque se necesitan recursos para hacer cambios", dijo la presidenta Cristina Kirchner.
Todo un mensaje al campo, que en ese momento intentaba, a través del presidente de la Rural, Hugo Biolcati, convencer a los Kirchner de rebajar el impuesto. La respuesta fue tajante: con un costo fiscal que el Gobierno estimaba en $15.800 millones, bajar las retenciones por unos meses no figuraba en el menú.
Los expertos coinciden en que la soja-dependencia gobierna la caja del Estado, y cada vez es más fuerte.
"Las retenciones a la soja son el 90% de la recaudación por retenciones: unos $20.000 millones. Eso equivale al 60% del superávit primario estimado para 2009, (3,9% del PBI), que es $34.000 millones", destacó Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica.
"La soja y sus derivados han sido el mayor generador de ingresos para el Gobierno dentro del complejo granario. Y ahora, que se redujeron los volúmenes de los otros tres cultivos, su papel es aún más preponderante", dijo Ricardo Negri, de la Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea).
La paradoja, de acuerdo a Negri, es que esta dependencia también se replica en las cuentas del productor. "A raíz de la sequía y la baja de precios, la soja es responsable del 74% del ingreso del productor promedio. En 2008 representaba el 62%, mientras que el trigo se llevaba el 14%, el maíz el 15% y el girasol el 9%", explicó Negri.(...)".
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