sábado, 7 de febrero de 2009

Formateando mentes...

(De la soja terrorista y cómo los Kirchner perfeccionaron lo de Menem)

Perón era su relato. Frondizi solo enunció. Alfonsín usó

lo que pedían. Con Menem cuidado, se comienza a crear

un relato. Es inverosímil, pero es un relato. Charlie

anunciaba: estamos entrando al mundo feliz. Dos veces

compramos. De la Rúa fracasó. Los pueblos sin relato

no existen. Los K perfeccionaron a Menem.


POR RAÚL ACOSTA





ROSARIO (La Capital). Esta nota la inspira un libro: 'Storytelling', de Christian Salmon, subtitulado " La máquina de fabricar historias y formatear las mentes".

Ya es material de culto para los jefes de campaña.

Resumen mínimo: trata sobre los cambios en el mecanismo para obligar a comprar.

La referencia a la política, las transnacionales y la manipulación de la que somos objeto, como sociedad y como individuos, es el sujeto de su tesis.

Salmon sostiene que hoy lo importante es contar una historia.

Que es la historia diaria la que da tranquilidad al oyente, al creyente, al comprador, al votante.

Con una historia 'nice', bonita, se llega al mañana.

El mañana es la postergación a perpetuidad de la igualdad y el triunfo de la compulsión a comprar y creer en el cuento, en el 'Story', que es la forma de enmascarar el producto, cualquiera sea.

El prólogo del director creativo de Satchi & Satchi (el rosarino Miguel Roig) facilita y aclara la mirada sobre Storytelling al sugerir la globalidad de la seducción, desde los altares, tan iguales, a los call center de Bombay y las conferencias de prensa de Bush.

Todos fuimos/somos/seremos compradores. Siempre hay un producto.

Fabricando historias y formateando mentes todo quedará como está.

Ubiquemos personajes políticos propios.

En el comienzo Juan Domingo Perón. Aún no había premura. La narración confirmaba los hechos. El tiempo era lineal. Un segundo tras del otro.

Ejemplo de la calidad del producto: una orden suya aseguraba una elección.

En 1945 y 1958 sucedió.

En los años ’70 había otro ordenamiento informático.

Sobre una realidad, externa, la interpretación del líder.

En los ’80 el mensaje focalizó la calidad de la marca.

Raúl Alfonsín (R. A.) y su oferta: "Con la democracia se come, se educa, etcétera".

El sujeto tácito (yo soy la democracia) no permitía la opción.

Aún hoy la respuesta es refleja: Alfonsín fue la democracia.

Sobre los ’90 la propaganda sumó una forma gráfica ( el Menem palindrómico) y una consigna pastoral: "Síganme".

Desde 1973 su cara ya era parte del show televisivo. Eso fue definitivo.

Sobre el fin de siglo 20 Argentina retornó al sujeto tácito: "Nosotros somos más que Menem".

"Nosotros somos más que el peronismo" sería una interpretación más abierta.

Ganó el somos más.

Retrocedimos. No era el formato mundial.

El formato, mundialmente, autentifica.

En los ’70 el producto, en los ‘80 la marca, en los ‘90 la participación, la complicidad familiar con la marca y en el siglo 21 el relato.

Sólo supera la inmediatez informativa de Internet lo que inventemos para decir... por Internet. "El mensaje tiene difusión viral".

Un teórico aporta el encuadre: desde el 2001 estamos dentro de "La técnica Scherezade".

Para que nos entendamos: Salmon demuestra que todos los días hay que inventar una historia, un relato, para no morir y llegar a mañana. Como la princesa. El relato inventado se vuelve historia y los hechos... bueno los hechos ya no importan tanto.

Los consejeros dicen: empecemos, para sostener el poder, a contar historias todos los días. Empresas y países obedecen.

Desde el 2003 Argentina participa.

Bush decía que en Iraq estaba el gen terrorista y la invadió.

En Argentina se sostuvo que la soja era golpista y se destruyó la producción agropecuaria.

El relato inventado se vuelve historia y actuamos en consecuencia.

Para estar en el mundo sólo se pide una historia diaria, bien contada. Eso, bien contada.

Perón era su relato. Frondizi solo enunció. Alfonsín usó lo que pedían. Con Menem cuidado, se comienza a crear un relato. Es inverosímil, pero es un relato.

Charly anunciaba: estamos entrando al mundo feliz. Dos veces compramos.

De la Rúa fracasó. Los cacerolazos fueron ruidos, anhelos, no un lenguaje, no un relato.

Los pueblos sin relato no existen, en su relato está la historia, sus nombres, el cuento que los incluye.

Cada pueblo debe ser / tener eso : un cuento.

Los K perfeccionaron a Menem.

El matrimonio K tiene, como Scherazade, un cuento por día, para no morir en la noche.

En la narración no importan los hechos.

El objetivo del "relatito" que se inventa cada día es la venta, que en política es sostener el poder.

En 10 años sabremos si vivíamos en el Titanic.

Aparecerá otra técnica para dominar al comprador y podremos analizar esta década.

En el mundo es exitosa la historia que se inventa diariamente. Relato de múltiple entrada, simultáneo, polifuncional, globalizado, creíble. El tiempo ya no es lineal.

Bush. Reagan. Sarkozy. Zapatero. Fidel. Todo es igual, nada es mejor.

Quien gobierna debe hacer un relato. Armar su historia.

"Estamos, empresarialmente, en la era del relato, creíble hacia dentro y externamente. De eso se trata". Christian Salmon, autor de 'Storytelling', describe esta técnica donde las personas y las cosas, si no están en el relato (el story) no existen.

Y es este relato el que sustituye a la realidad.

La más moderna técnica del mundo, en comunicación, se juega en la Casa Rosada.

Alguien está muy actualizado cerca de Balcarce 50.

No está solo.

El líder más pesado de la oposición también juega este juego.